Las Princesas


Entiendo que las historias de princesas rescatadas son un poco anticuadas y que en ellas nuestra historia acaba cuando nos casamos con el príncipe.  También entiendo que es limitante el que los juguetes de niños estén divididos en azul y rosita, y que a los varones no les permitan jugar con muñecas o con la cocinita, mientras que a las nenas no les compran carritos, lo cual es absurdo porque los hombres son padres, cocinan y limpian, y nosotras no todas tenemos por qué ser amas de casa y madres.

Pero si a una nena la hace feliz jugar con su Barbie y a un nene lo hace feliz jugar con sus figuras de acción, ¿qué tiene de malo?  ¿Acaso no se trata de la libertad de escoger?


Al yo tener un hermano, había un híbrido de juguetes en mi casa.  A fin de cuentas, terminaba yo usando el taller de herramientas de él y convirtiéndolo en lo que se me ocurriera.  Tuve como 20 Barbies, la casa rosita, peluches, Polly Pockets, pero también tuve pistolas de agua, Legos, plasticina, figuras de acción de Ninja Turtles y hasta de Jurassic Park (I was 10 and I was obsessed with that movie.  Still am).




El punto es que sí, me gustaban las muñecas y las cosas rosita, más no por eso significa que hoy día me creo una “princesita”.  Mis Barbies no sólo jugaban a ser "bonitas”, there was drama.  Se caían de los balcones de su mansión, tenían yesos de tape y papel de inodoro, tenían que compartirse un solo Ken como entre cinco, etc.  Se trata de estimular la imaginación con lo que sea.

Estoy 100% de acuerdo en que está mal que los juguetes se dividan entre hembras y varones únicamente basándose en unas estereotipos de lo que cada cual debe hacer de acuerdo a su género.  Pero pienso que está igual de mal llevarlo al extremo contrario, que es decirles a las niñas que no les deben gustar, por ejemplo, las princesas, porque eso las hace menos inteligentes.

Si malo es que nos encasillen en azul y rosa, igual de limitante es que nos digan como mujeres, que por gustarnos el rosa eso nos hace menos ambiciosas o independientes. 

Si se trata de que cada cual escoja lo que quiere ser y de evitar que nos impongan lo que debemos ser, ¿qué pasa con las que sí quieren ser princesas, las vamos a hacer sentir mal por eso?  El decirles que No Pueden Querer Ser Princesas porque es “malo”, ¿no es lo mismo que no dejarlas jugar con carritos porque es cosa de varones?

Yo entendía que el punto era romper con aquello que nos restringía y abrirnos las posibilidades.  El movimiento de romper las barreras impuestas al género no se puede convertir en otra forma de limitarnos el pensamiento.  El mensaje nuevamente se convierte en “no te puede gustar tal cosa porque significa esto”.

No se trata de un juguete o de un color, se trata de cómo nos eduquen a ver la vida.  No hay que eliminar las princesas o el rosita para que aprendamos a ser mujeres autosuficientes.  Se trata de decir “escoge lo que más te guste” y si a la nena lo más que le gusta es el castillo violeta y al nene el carrito amarillo, no tienen por qué sentirse mal al respecto.

La vida de por sí es lo suficientemente cruel como para también empezar a coartarnos la felicidad desde niños.  No hay problema con creer en los cuentos de hada, siempre y cuando nos enseñen que la historia apenas comienza después del final.  

Y si un Príncipe siente el deseo de rescatarme y llevarme a vivir a su McMansion, ¿quién soy yo para decirle que no?



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