Machismo 101
En la clase de Derecho de Familia, una profesora le pregunta a una estudiante que convivía con el novio si el apartamento estaba a nombre de él, la joven respondió que sí y la profesora le dijo: “Pues, mira a ver qué haces porque ése es el primer error. Tú ahí no tienes derecho sobre nada”.
Siendo la buena amiga (presentá) que soy, se me sale lo de abogada de vez en cuando, y cada vez que alguna amiga se va a casar, convivir, etc, le doy los mismos consejos básicos acerca de sus derechos. Qué puede pasar si, Dios no lo quiera, se divorcian, etcétera.
Hasta el momento, ninguna me ha hecho caso.
Hasta el momento, ninguna me ha hecho caso.
El argumento para ignorar mis consejos que más me ha gustado fue: “Nosotros somos para siempre”. Perfecto.
Comparto con ustedes la siguiente conversación, los participantes: unos recién casados.
Cenando con este matrimonio y dos personas más, al esposo se le ocurre decir que su esposa sabe que tiene seis meses para rebajar después de parir porque si no, “de patitas a la calle con todo y bebé”; que él no tiene teta para amamantar al bebé y la casa está a nombre de él; que él se casó con una “flaca”, y que aunque él con los años se quede calvo y se ponga gordo, él puede, porque él es el hombre y así son las cosas.
Tras mi reacción, me dijo que si “pretendo” estar con un "Boricua" que me prepare porque así es que es.
Tras mi reacción, me dijo que si “pretendo” estar con un "Boricua" que me prepare porque así es que es.
(Un minuto de silencio)
No, no era una broma, estaba hablando en serio.
No, no era una broma, estaba hablando en serio.
Él: “¿A nombre de quien está la casa mi amor?”
Ella: “Tuyo, tuyo”, mientras se reía nerviosa.
(Insertar vómito aquí)
Sólo habían dos posibilidades para lo que estaba sucediendo: o mi amiga tiene cero respeto por sí misma, o habíamos viajado unos 60 años hacia atrás en el tiempo. La segunda opción parecía más aceptable.
Demás está decir que desde ese día no intercambio más de tres palabras con él. Se acabaron las invitaciones a su casa y las salidas a almorzar con su esposa. Nos limitamos a vernos en ocasiones como cumpleaños en los que él está presente y tenemos intercambios superficiales.
Contra, si mis palabras tienen el potencial de amenazar el control que aparenta tener, no está muy seguro de tenerlo. Claro, porque el machismo es de débiles, inseguros y cobardes. Y lo más triste del asunto es que para que exista el machismo se necesitan dos, el hombre acomplejado que necesita pisotear a su mujercita para sentirse macho y la mujer que se lo permite.
“Escondan a sus gallinas que mi gallo está suelto”.
¡Cómo odio esa frase! Enséñenle a sus gallitos a no meterse en el gallinero. Si tanto dicen que la mujer con la que se van a casar tiene que ser virgen, pues, que no se acuesten con ninguna hasta que se casen. ¿O es que ésas no valen? Con ésas que se acuestan antes son “fáciles”, no son material pa’ casarse porque se acostaron con ellos antes. ¿Huh? ¿Y ellos sí son material pa’ casarse? La lógica me dice que no. Ellos están igual de “arruinados” que ellas. ¿O no es así?
Me da mucho trabajo comprender cómo una persona que pensaba conocer tan bien asume este rol sin más ni más, abandonando su criterio propio junto con todo aquello que (creía yo) aspiraba a ser. Quisiera pensar que es un Stepford Wife y que estoy hablando con un recipiente vacío, pero la realidad es que esto fue lo que escogió, todos sus sueños se hicieron realidad y, a su manera, es feliz.
¿Será que secretamente a eso es a lo que aspiran todos? ¿Jugar a mamá y a papá implica ciertas reglas silenciosas a las que hay que atenerse por más que queramos pensar lo contrario?
Pues, me va bien mal entonces, porque no creo que tenga la paciencia, inteligencia y autoestima, para soportar algo así.
Pues, me va bien mal entonces, porque no creo que tenga la paciencia, inteligencia y autoestima, para soportar algo así.
Por abrir la boca me convertí en una amenaza. Ahora soy la amiga hater que lo que está es amargada porque está soltera; con la que nadie se va a casar, porque no es lo suficientemente sumisa.
Oh well, no hay mucho que pueda hacer para defenderme, al fin y al cabo, soy tan sólo una mujer, ¿no?
Oh well, no hay mucho que pueda hacer para defenderme, al fin y al cabo, soy tan sólo una mujer, ¿no?
Lo único que puedo añadir es que los machistas se hacen, no nacen... Ojo, madres puertorriqueñas, que, si queremos hablar de igualdad, tenemos que empezar en nuestra casa.
ResponderBorrarUna vez más, te felicito, Marlene.