San Se survival kit

Hay varios aspectos de las Fiestas de la Calle San Sebastián que las hacen más problemáticas que divertidas.  Como, por ejemplo, conseguir parking, dónde ir al baño, cruzar por el meollo desde la calle San Justo hasta la calle Del Cristo sin perder un brazo.  Cositas.

Aquí comparto con ustedes algunos métodos comprobados de cómo sobrellevar estas situaciones.

#1 Dónde ir al baño.  Tengan amigos que vivan en el Viejo San Juan.

#2 Pasar por el gentío ileso.  Suena complicado, pero es bien sencillo.  El truco es la hipnosis.

Paso número uno: identificar en la multitud a algún(a) muchacho(a) con el (la) que hayas salido.  Dos: Ir a saludarlo(a) efusivamente.  Tres: Cuando no responda a tu saludo, tocarlo(a) por el brazo (porque, obviamente, no te vio, ni te escuchó).  Cuatro: Tras aceptar que estás siendo ignorado(a) descaradamente y darte cuenta de que los amigos(as) de él (ella) se dieron cuenta de lo que pasó, proceder a pasmarse tanto y tanto, y tanto, que tu estado mental no permita que pienses en lo que está pasando a tu alrededor, y, por ende, bloquees el mar de gente en el que estás inmerso.

Créanme, van a llegar al otro lado en un abrir y cerrar de ojos (quizás con un poquito menos de dignidad).

3#  Conseguir estacionamiento.
 
¡La más fácil de todas!  Estacionamientos hay.  ¿Lejos?  Sí.  ¿Con posibilidad de ser asaltados?  ¡Pft!  También.  Pero hay.  El truco está en estar lo suficientemente determinados en llegar a la Calle San Sebastián que ningún obstáculo quepa en sus caminos.

¿Cómo se logra?

Haz planes con tu novio de ver películas en su casa y no ir a las fiestas porque: “Va a haber mucho revolú”.  Llega a la casa de tu novio a la hora acordada, sólo para encontrarte con que él no está ahí.  Llámalo para que te diga que se fue con unos amigos a las fiestas, porque uno de ellos tenía un pase para estacionarse arriba, y no iba a tener que coger el tapón.

**No se olviden en preguntarle por qué no te invitó con él.  Lo más probable te responda que no cabías en el carro.

Procede a llegar a tu casa, tirar un tantrum y, finalmente, decidir engancharte los tennis e irte a San Juan a encontrarte con los amigos que te invitaron originalmente, a los cuales les pichaste por ver películas con tu novio.

La rabia y el coraje serán determinación suficiente para llegar a San Juan a las 11:00 de la noche, estacionarse en un muelle y subir solo(a) (rezando por sus vidas) hasta la San Se.

¡Qué disfruten de las Fiestas!

 

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