Voluntariosos
Con esto de la sequía y el deseo de
que llueva, me he percatado de que los seres humanos somos bien voluntariosos. Queremos
las cosas a nuestra conveniencia todo el
tiempo.
Mi primer recuerdo de un huracán fue
el huracán Hugo. Para mí fue súper
divertido. No tener que ir a la escuela,
comer macarrones con queso y crema de maíz a luz de vela, la forma violenta en
que los árboles y las palmas se movían, y la penumbra en pleno día. Claro está que esto era a través de los ojos
de una niña de 6 años. Para mis papás
tuvo que haber sido totalmente estresante, me tenían a mí y un bebé de un año,
sin agua, sin luz y rogando que la casa no se les cayera encima.
A eso es que voy, a que los seres
humanos somos a conveniencia. Para mí,
en ese momento (y confieso que en todos los huracanes que vinieron durante mis
años de escuela) era extremadamente conveniente que pasara el huracán, hasta
que crecí y me pesaba no tener ni agua, ni luz.
Es una conducta de la que siempre he
estado consciente, pero nunca le había prestado mucha atención hasta
ahora. Cuando uno se pone a pensar en
cada una de las instancias en que queremos las cosas a nuestra manera, se da
cuenta de que a la verdad que somos bien antoja'os.
"Hay huelga en la UPI, ¡Yes, no hay clases!"
"¡Qué se acabe la huelga ya,
que si no las clases se extienden hasta el verano!"
"Que no llueva, que quiero ir a
la playa".
"¡Qué llueva, que hay sequía!"
"Que se vaya la luz, si total,
no voy a estar en casa".
"¡No, que no se vaya la luz que
mi celular no tiene batería!"
"¡Quiero parir ya!" "¡No, todavía no, que mi esposo está de
viaje!"
Es todo a nuestra conveniencia. No pensamos más que en nosotros mismos y lo
que queremos en ese momento. No nos preocupamos por absolutamente más
nada, ni más nadie.
¡Lo hacemos hasta con la muerte!
"Bendito, que muera ya, para
que pare de sufrir". "¡No, que
no muera hasta que vea a mi hijo nacer!"
O a la inversa: "Que no se muera todavía, para que le dé tiempo a
su familia de venir a despedirse". "¡Qué se muera hoy, que mañana me
voy de viaje!"
Cuando de conveniencia se trata, ¡hay
de todo en la viña del Señor!
Lamentablemente, así somos los seres humanos... Yo lo llamo egoísmo.
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