¡En la UPR ya no van a vender agua!
Ahora en la Universidad
de Puerto Rico no van a vender agua embotellada. ¿Por qué? Pues, porque crea
desperdicios sólidos, y es innecesario comprarla habiendo fuentes y envases reusables,
y, además, porque somos unos puercos que no las tiramos en el zafacón.
Sí, sí, todo
eso hace sentido. Sin embargo, en la UPR
continúan vendiendo refrescos, cafés, tés, jugos, etcétera, toditos
embotellados.
Bajo el mismo
argumento, ¿no haría sentido que también dejaran de vender cuanta otra bebida
viene en envases plásticos? Me parece
que hay más variedad de bebidas embotelladas que no son agua, que las que lo
son.
O qué tal si
mejor solamente venden agua embotellada y dejan de vender todo lo demás, porque
dudo que en el piso no encuentren botellas de refresco, Gatorade y latas de Coca-Cola.
Si comoquiera van a haber botellas de plástico en el piso que sean de
agua, ¿no? ¡Riñones saludables!
No, en serio,
si la verdadera razón es la cantidad de basura que se encuentra en el campus y
el daño que le hace al ambiente, ¿por qué no eliminan la venta de toda bebida embotellada?
Ah no… Es que con esas compañías distribuidoras tienen
contratos millonarios corriendo. Disculpen mi ingenuidad. Grandes intereses. Nevermind.
Parece que ya no es suficiente con que el agua de por sí sea más cara que todo
lo demás, ahora simplemente no hay.
La idea de
llevar su propio recipiente de agua reusable es fenomenal, pero funcionaria
mejor si el agua fuese la única opción.
Ahora lo que
va a suceder es que, día que se le olvide a uno el candungo, es día que se va a
ver obligado a comprar cualquier otra cosa, y poco a poco se acostumbrará a
tomar esa otra cosa, y pa’l carajo el agua.
Entonces, no
sólo tendremos estudiantes puercos e ignorantes, sino enfermos. Desperdicio humano en todo su esplendor. ¿Nadie pensó en eso? Una vez más pecamos de promover la seguridad
del ambiente, pero no la salud. ¿O acaso
se les olvida que es todo un entorno?
Volvemos a lo
mismo, ¿por qué eliminar en lugar de enseñar?
Lo que hacen es poniéndole un parcho al verdadero problema, que es la
falta de educación.
Es como cada
vez que el diccionario de la Real Academia Española acepta como correcto un
disparate o hace más sencillas las reglas de acentuación. Le facilitan la vida al bruto para no perder más
tiempo enseñándole a escribir bien. ¡Qué
se aprendan las reglas igual que me las aprendí yo! ¡¿Cuál es la gran molestia?!
Pero como
papi y mami me dicen que deje la basura tirada en el cine cuando se acaba la
película, porque para eso están “los que limpian”, pues, igual hago en la
universidad.
¡Y recen porque no venga otro racionamiento y tengan que rellenar sus
candunguitos con el agua con cloro que va a salir por los grifos!
Comentarios
Publicar un comentario