Esterilizar es barato, salvar vidas no tiene precio

Muchas personas tienen un concepto equivocado cuando se trata del tema de la esterilización y castración de sus mascotas.

En Puerto Rico especialmente hay un problema de educación terrible cuando de animales se trata.  Las mascotas son más moda que otra cosa y hemos crecido viendo como normal el que transiten las calles perros realengos.

El perro es un animal doméstico que no se puede valer por sí sólo, necesita del cuidado y atención de un ser humano.  En puerto rico hay sobre 100,000 perros desamparados en las calles, playas, campos y vertederos, esto debido al gran problema que existe de abandono.  Los invito a ver el documental 100,000, el cual presenta este problema en la Isla.


Muchos adoptan o compran perros para después venderlos y/o abandonarlos en las calles donde se reproducen descontroladamente.  La solución a este problema es la esterilización y castración de nuestras mascotas.

Usualmente, cuando menciono la esterilización o castración lo que escucho es: “Es que quiero que tenga perritos”, “Ay, no, eso es cruel”, “¿Cómo va a ser? Un perro tan bello tiene que tener perritos”, entre otras.



Los animales, a pesar de que tienen el instinto de proteger a sus críos, no tienen el deseo de ser madres o padres del mismo modo que lo tienen los seres humanos, ni van a extrañar no serlo.  Lo que sí les puedo asegurar es que sienten los mismos dolores de parto, además de que pueden sufrir complicaciones durante el mismo y morir tanto ella como sus críos durante el proceso.  Sucede más de lo que creen y después vienen los llantos y los arrepentimientos.


“Don’t breed or buy while homeless die.”





Con tantos perros que hay en la calle y en los refugios, ¿necesitamos seguir reproduciendo a los que ya tenemos?  Esa insistencia con casar perros y sacarle críos lo que hace es aumentar al problema de sobrepoblación.  Se les olvida que esos perros que nacen van a necesitar de un hogar, que en muy pocos casos será el mismo donde nacieron.  Si queremos un perro, si estamos dispuestos a ofrecerle espacio en nuestros hogares, adoptemos uno que ya tenga vida, no le sumemos al problema trayendo perritos demás al mundo por aquello de que sea “hijo” del tuyo. 

Todos los años, millones de perros y gatos de todas las edades y razas son puestos a dormir o sufren en las calles.  Este número tan alto es el resultado de camadas no planificadas que pudieron haber sido evitadas por medio de la esterilización o castración.

Un gran problema es la visión machista que existe en torno a la castración.  Muchos acceden a esterilizar a las perras, pero, ¡Dios los libre de castrar a los machos!  Si después el perro se escapa (o lo echan a la calle)  y preña a unas cuantas perras, pues, allá ella y los críos.  Es algo así como el refrán que usan los padres de varones: “Guarden sus gallinas que mi gallo está suelto”.  Proyectamos en nuestras mascotas las conductas de una sociedad machista en la que el control de natalidad es responsabilidad de la mujer. 

Aquí un ejemplo de una de las numerosas discusiones que he tenido con hombres respecto a la castración:

Este muchacho no es muy amante de los perros ni es dueño de uno, pero aún así discutía conmigo acerca de castrar a un macho.

Él:       “¿Si le cortas las bolas cuál es la diferencia entre un macho y una
            hembra?”
Yo:      “El pene”.
Él:       (Silencio)
Yo:      Está bien, pues, si tienes un perro macho, no lo castras y preña a una perra, ¿estás dispuesto a encargarte de los perritos?”
“Pfft ¡No!”, fue su respuesta.

En el documental 100,000 le preguntan a unas cuantas personas que se encuentran en la playa con sus perros que, ¿qué piensan al respecto de esterilizar o castrar a los mismos? a lo que un muchacho respondió: “No, no…  Es que yo quiero que tenga unas cuantas “parisiones” y después de 2 ó 3 “parisiones” entonces la esterilizo”.  Si ni siquiera sabe conjugar la palabra parto no creo que tenga la capacidad para entender la responsabilidad que implica.


Hay muchas razones médicas para castrar o esterilizar a nuestras mascotas.  Entre ellas:

1. Si es hembra, no tendrá celo, vivirá una vida más larga y saludable, y le evitarás cáncer de mamas, el cual es fatal en 50% de los perros.

2. Si es macho, además de prevenir camadas no deseadas, le evitas cáncer de los testículos.  Además, se comportará mejor y no va a querer escaparse a buscar hembras en celo.

3. Esterilizar o castrar NO hará engordar a tu mascota, esto únicamente lo causa la sobrealimentación y la falta de ejercicio.

4. El costo de esterilizar o castrar es mucho menor que el costo de un parto y cuido de una camada, o que el costo de atender a tu perro cuando se escape y tenga algún accidente o pelea con otros perros.

5. Esterilizar y castrar a tus mascotas es bueno para la comunidad.

6. Tu mascota no necesita tener una camada para que tus hijos aprendan sobre el milagro del nacimiento.  Dejar que tu mascota tenga críos con los que no planeas quedarte no es una buena lección para tus hijos, especialmente cuando tantos terminan en los refugios.  Existen muchos libros y videos para enseñarles a tus hijos acerca de la reproducción de manera más responsable.

7. Castrar y esterilizar ayuda a luchar contra la sobrepoblación de mascotas. 



Otro fenómeno de la reproducción irresponsable de mascotas es el negocio de compra y venta.

Cuando compramos una mascota en un pet shop estamos contribuyendo al problema de compra y venta de animales donde los mismos son vistos como mercancía y no como seres vivos.  Los perritos que se venden en los pet shops, en su gran mayoría, son comprados a criaderos de perros, conocidos como Puppy Mills (Fábricas de Cachorros). 

Un puppy mill es una operación de criadero de perros a gran escala donde las ganancias tienen prioridad sobre el bienestar de los perros.  Los perros de puppy mills son típicamente vendidos a pet shops a través de un agente y vendidos tan temprano como a las ocho semanas de edad.

Los perros producto de estas fábricas usualmente sufren de enfermedades y miedo a los seres humanos debido al maltrato físico y emocional al que han sido sujetos.

Fotografía tomada en un Puppy Mill

En los puppy mills tienen a los animales en condiciones insalubres, sobrepobladas, sin cuidado veterinario adecuado, comida, agua y socialización.  Las jaulas son amontonadas unas encima de otras y para no tener que abrirlas para limpiarlas, el piso de éstas es de alambre, lastimándole así las patas.  Los mantienen afuera expuestos a las inclemencias del tiempo o adentro en lugares sellados sin flujo de aire.



Para maximizar ganancias, las perras son casadas en cada oportunidad posible sin tiempo para recuperarse entre partos.  Cuando ya están tan agotadas físicamente que no pueden reproducirse, las ponen a dormir.  Es poco probable que el padre y madre del perrito que está siendo vendido en el pet shop salga vivo del puppy mill, al igual que muchos de los perritos nacidos con defectos físicos que no pueden ser vendidos a los pet shops.  

Dado a que mezclan animales descontroladamente, los récords de linaje usualmente son falsificados y estos perros son propensos a enfermedades congénitas y hereditarias.  Éstas incluyen: Epilepsia, enfermedades del corazón, riñones, desordenes respiratorios y musculo esqueléticos tales como: displasia de las caderas.  También sufren de problemas respiratorios, desordenes endocrinos, sanguíneos, sordera y problemas oculares tales como: cataratas y glaucoma.

Además, muchas veces llegan a los pet shops y nuevos hogares con enfermedades fatales tales como:
·  Giardia                                          Garrapatas
·  Parvovirus                                   Pulgas
·  Distemper                                    Parásitos Intestinales
·  Infecciones respiratorias           Pulmonía
·  Sarna                                            Diarrea crónica
·  Pulgas                                           Parásitos del corazón
·  Parásitos intestinales

Sufriendo no sólo el animal, sino quienes lo compran con la intención de amarlo.  Cuando quien los compra lo que tiene son fines lucrativos y les toca un perro enfermo, muchas veces, en lugar de curarlo, lo echan a la calle o lo devuelven al pet shot, donde a su vez lo ponen a dormir.



En los pet shops el fin es vender, no importa quién sea el comprador.  Cuando vamos a comprar un carro, el vendedor te lo vende sin importar si eres un conductor seguro o no.  En el caso de los pet shops sucede igual, venden el animal sin importar a quien o si es apto o no para cuidar de él, con la inmensa diferencia de que se trata de un ser vivo y no de un objeto.


¿Qué es más cruel entonces, castrar y esterilizar
o reproducir y vender para estos fines?

Hay muchas maneras de combatir las fábricas de perros, empezando con no patrocinar las tiendas y páginas de Internet que venden perros.

Si de verdad amas a tu mascota, dale calidad de vida, no la hagas sufrir, esterilízala o cástrala y dale la oportunidad de tener una vida plena.
Querer un perro por su raza o linaje no es querer un perro, es querer un trofeo.  El perro lo que quiere es amor y te va a amar incondicionalmente, seas puro o no.  Si así fuera no nos querrían a ninguno de nosotros que, como puertorriqueños, más satos no podemos ser. 

Dedicado a Nina
la Sata más engreída que
ha salido de un Pet Shop

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