Desafiando las normas

“Rules are meant to be broken”
Eso dicen.

Toda la vida he sido la que sigue las reglas, la que le da miedo romperlas.  Es más, a veces soy hasta exagerada y me he buscado que me cojan de punto.  Pero la verdad es que no me arrepiento de ser así.
Nunca he comprendido por qué si dicen que no hagamos algo, siempre hay un montón que lo hacen.  Es más, es más fácil no hacer algo que hacerlo, ¡y más cuando lo que estás haciendo está mal!
La realidad es que las leyes fueron escritas por el hombre, por personas  igual que tu y que yo, que a fin de cuentas son los primeros que las violan.  ¿Por qué yo tengo que seguir unas normas que se inventó otro?  Suena injusto, pero esta es la sociedad en la que nos tocó vivir.  Las leyes y las normas existen porque son necesarias para que no vivamos en un caos.  Tenemos que escoger si ser parte del problema o de la solución.
El mejor ejemplo;  No iba ni una hora de empezar el año 2012 y ya se habían reportado tres heridos por balas al aire, uno de ellos siendo una joven de 15 años que se encuentra en estado crítico.  Año tras año hacen campaña para que esto no suceda, ya se requete sabe que los disparos al aire resultan en muerte, ¿por qué entonces lo siguen haciendo? ¿Qué placer derivan de desafiar las normas?  Todos tenemos familia, tanto el que dispara como el que recibe, ¿no pensarán que mañana puede ser uno de los suyos?
La etapa ésta de shop lifting.  Me acuerdo el pasme que me di cuando vi a una de mis compañeras de high school robándose unas pantallas del mostrador de Valija Gitana.  Para colmo eran de esas de plata que estuvieron de moda de las tortuguitas y los ladybugs, que ni valor tienen.  No había necesidad, lo hacía por fastidiar, por decir que desafió a la autoridad.  Yo, para empezar, nunca he tenido la coordinación motora para ser pilla, no soy hábil, soy torpe y, sobretodo, “cagá”.  Así que lo siento mucho pero esa etapa la tuve que saltar.
¿Y qué me dicen de guiar?  La luz amarilla significa acelera que viene la roja, la señal se pone para que el que viene acelere y uno pasar después.  Normas impuestas, no por joder, sino para que no tengamos accidentes.  Pero la filosofía es: “Como todo el mundo cañonea, pues, yo no voy a ser el pendejo que no lo haga”.  Ésa es la mentalidad que nos tiene como estamos.  Para mí, comerse una luz es buscarse un ticket innecesariamente y no estoy para regalar chavos.  Ya me ha sucedido y, para colmo, pago con intereses porque se me olvida pagar a tiempo.  No gracias.
Esto no solo aplica a aquello que es ilegal, hay un sinnúmero de cosas que, aunque son legales, sabemos que son malas para nosotros y aún las hacemos.  Fumar y beber es legal, pero no deja de hacer daño.  La diferencia es que por fumar o beber, no vas a ir preso, a menos que lo hagas en ciertas circunstancias.
Otro argumento es que “hay drogas que hacen el mismo o menos daño que el alcohol”.  Puede ser, pero mientras sean ilegales no se pueden usar y punto.  ¿Para qué arriesgarse?
Si me voy a meter en problemas haciendo algo que me pueda costar la carrera y hasta mi libertad, ¿por qué lo voy a hacer?  No se trata de que estemos de acuerdo con todas y cada una de las leyes vigentes, podemos diferir de las mismas, pero mientras no tengamos el poder de cambiarlas, no nos queda más remedio que seguirlas y cooperar.  Porque en la medida que las sigamos desafiando, más restringidas se van a poner y peor nos va a ir como sociedad.

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