Lulú
“If you pick up a starving dog and make him prosperous, he will not bite you.
This is the principal difference between a dog and a man.”
-Mark Twain, Pudd'nhead Wilson
Ésta es la historia de Lulú.
Lulú es una perrita sata, mezcla de Salchicha con Beagle.
Hace un año atrás mi mamá estaba guiando y ve a esta perrita, sucia, cojeando y fatigada, persiguiendo a una muchacha. Mami se para y le pregunta si la perrita es de ella, a lo que la muchacha responde: “No, no es mía, pero como le doy comida me persigue”. Mami, que en ese momento tenía seis perros, le hace un trato: ella vacuna y esteriliza a Lulú y se compromete a llevarle una bolsa de comida al mes si la muchacha le da un hogar, a lo que la misma accede.
Se lleva a Lulú al veterinario, se le hacen todos sus exámenes, sorprendentemente, aparte de una fractura en la cadera causa de un atropello, no tenía ninguna condición. Tenía alrededor de un año y ya había tenido un parto. Al parecer, la tiraron a la calle sin esterilizar, salió embarazada y cuando parió repartieron los perritos y la volvieron a botar.
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Recién operada. |
Mientras Lulú está en casa toda adolorida recuperándose de la esterilización, se llama a su futura dueña para dejarle saber que todo está bien. ¿Su respuesta? Que, pensándolo mejor, no se puede quedar con ella. Ahora en casa son siete. No se puede.
Empieza nuestra búsqueda de un hogar para Lulú. Nos topamos con esta muchacha con dos hijos que tenía una Boxer, que insistió e insistió en que la quería. Habló con mi mamá, mami la entrevistó (porque no le iba a entregar a Lulú a cualquiera) y, de acuerdo a lo que la mujer expresaba, era la dueña perfecta. Que conste, que se le hizo la advertencia firme de que de no poder tenerla más, que nos la devolviera, no fuera que la pasara para adelante y le sucediera algo.
Ni les cuento el llanto la noche que vinieron a buscarla. Lulú no se quería ir, la tuve que coger y llevarla hasta el carro de su nueva dueña. Unas semanas después nos enviaron unas fotos donde Lulú se veía feliz y nos quedamos tranquilos, aunque con ella en la mente. Sentíamos que le habíamos dado una segunda oportunidad.
Un año después, mi mamá se está preguntando cómo estará Lulú. Créanlo o no, ese mismo día llamó la dueña diciendo que se le había muerto la otra perra de parásito del corazón, que ya no quería podía tener a Lulú, que en realidad para lo que la quería era para que le hiciera compañía a la otra perra.
Dos días después la dejó en casa. Llevamos a Lulú al veterinario y resulta que tenía parásito intestinal y del corazón, el cual es mortal si no se trata. Nunca la vacunó ni la llevó al veterinario el tiempo que la tuvo. Nos devolvió una perrita enferma que se le entregó totalmente saludable, poniendo en riesgo a nuestros perros y nuestro bolsillo.
Ahora Lulú está con nosotros, se le está tratando su condición. Si Dios quiere, va a estar bien. El dinero, aunque es un sacrificio, no importa, después de todo lo que le ha pasado no la vamos a dejar morir.
Es la perrita más feliz y amorosa del mundo. Nunca entenderé cómo durante toda su vida ha recibido tantos rechazos, tanto maltrato. Lo único que quiere es agua, comida y un lugar seguro donde dormir y les aseguro que lo tiene.
Aquellos que en su vida le hicieron algún mal, en algún momento tendrán lo que se merecen. Existe el Karma.
Todavía no entiendo cómo a algunos se les hace tan fácil desprenderse de una vida. No son humanos, son perros, pero son vida. Al igual que cada uno de nosotros, no pidieron venir al mundo. Respiran, padecen, les da hambre, les da sed. Pero, a diferencia de nosotros, no llega un punto en que se pueden valer por sí mismos, siempre dependen de nuestra caridad.
Lulú es sólo un ejemplo de lo que se vive en nuestro país día a día. Si no respetamos criaturas inocentes, ¿cómo esperamos respetarnos entre nosotros mismos?
“He is your friend, your partner, your defender, your dog. You are his life, his love, his leader. He will be yours, faithful and true, to the last beat of his heart. You owe it to him to be worthy of such devotion.”
-Unknown Author
Dedicado a mi mamá, Blanca,
quien da lo que no tiene por el bien de estas criaturas inocentes.
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